Dinu Antonescu: Designing a World for All
- Accion Inspira
- Oct 21
- 5 min read
Written by Novelliny Arishta Mutya | Edited by Keisha Jade D. Luib

When Dinu Antonescu talks about accessibility, his words carry the clarity of someone who has seen both its absence and its power to transform lives. From his early years in Romania to his experiences in the United States and now his involvement with the United Nations, his story is one of awareness turned into action.
He is the founder of AccessibilityAtlas, a nonprofit that envisions a world where people of all abilities can participate equally in society. What began as a simple idea to map accessible spaces in his local community has grown into a global initiative reaching 14 U.S. states and influencing international discussions on disability rights.
From Romania to the U.S.
Growing up in Romania, Dinu learned about how people with disabilities were marginalized during the communist era. “No ramps, no inclusion, no voice,” he recalls. Later, after moving to the United States, he joined Best Buddies, a nonprofit promoting inclusion for people with intellectual and developmental disabilities.
The contrast between exclusion and inclusion struck him deeply. “I saw what inclusion could feel like—how friendship, empathy, and shared spaces could transform lives. That’s when I realized I wanted to create something that made those opportunities possible everywhere,” says Dinu.

The First Steps
As one of the youngest Youth Ambassadors for the U.S. Department of State, Dinu presented his idea at the U.S. Consulate in Rio de Janeiro, Brazil. There, he realized that most communities lacked data-based tools to assess accessibility. He decided to change that by launching a prototype in Jersey City, New Jersey—a centralized database listing accessible public venues.
What started as a small local project quickly grew. Today, AccessibilityAtlas connects more than 35 youth changemakers across 14 states, and its findings have reached international platforms, including the United Nations.

Measurable Impact
The results of AccessibilityAtlas are both tangible and human. For Dinu, leading a diverse team has proven that youth leadership can bring systemic change. For communities, the project has opened doors—literally and figuratively—for people with disabilities to move through their cities with greater freedom and confidence.
The organization has worked to make polling stations in New Jersey more accessible, contributed to policy discussions in Europe, and designed civic engagement materials that ensure people with disabilities can vote safely and privately. So far, its initiatives have reached more than 100,000 people worldwide, elevating disability rights to a shared community priority.

A Landmark Achievement
Among its milestones, AccessibilityAtlas has authored 12 reports for the United Nations Office of the High Commissioner for Human Rights (OHCHR), analyzing how fiscal and economic policies affect persons with disabilities in countries from Mali to Canada, the Netherlands, Russia, and Chile.
Several of the project’s recommendations have been officially adopted by UN committees and national governments—a rare and remarkable example of youth-led policy work creating global change.

Looking Ahead
Dinu and his team continue to refine their mission. Their next goals include expanding the accessibility database to new regions, developing partnerships with governments and civil society organizations, and advocating for stronger global disability rights legislation. “Our vision is simple,” Dinu says. “A world where everyone can access the same opportunities, no matter their abilities.”
The Motivation Behind the Mission
Asked what keeps him going, Dinu smiles. “It’s the people,” he says. “Every time someone tells us they can finally access a place they couldn’t before, it proves that inclusion isn’t just an idea—it’s something we can build together.”
In his calm determination, Dinu Antonescu reminds us that leadership is not defined by age but by empathy, persistence, and vision. His journey invites us all to look at the world differently—and to make it more open, one space at a time.

Dinu Antonescu: Diseñando un mundo para todos
Escrito por Novelliny Arishta Mutya | Editado por Keisha Jade D. Luib
Cuando Dinu Antonescu habla de accesibilidad, lo hace con la claridad de quien ha conocido tanto su ausencia como su poder para transformar vidas. Desde sus primeros años en Rumania hasta su experiencia en Estados Unidos y su actual labor junto a las Naciones Unidas, su historia es la de una conciencia convertida en acción.
Es el fundador de AccessibilityAtlas, una organización sin fines de lucro que imagina un mundo donde todas las personas, sin importar sus capacidades, puedan participar plenamente en la sociedad. Lo que comenzó como una sencilla idea para mapear espacios accesibles en su comunidad local, hoy es una iniciativa global presente en 14 estados de Estados Unidos e influyente en debates internacionales sobre los derechos de las personas con discapacidad.
De Rumania a Estados Unidos
Creció en Rumania escuchando sobre cómo, durante la era comunista, las personas con discapacidad fueron marginadas. “No había rampas, ni inclusión, ni voz”, recuerda. Años más tarde, tras mudarse a Estados Unidos, se unió a Best Buddies, una organización que promueve la inclusión de personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo.
El contraste entre exclusión e inclusión lo marcó profundamente. “Vi lo que la inclusión podía significar: cómo la amistad, la empatía y los espacios compartidos podían cambiar vidas. Fue entonces cuando entendí que quería crear algo que hiciera posible esas oportunidades en todas partes”, cuenta Dinu.
Los primeros pasos
Como uno de los embajadores juveniles más jóvenes del Departamento de Estado de EE. UU., Dinu presentó su idea en el Consulado estadounidense de Río de Janeiro, Brasil. Allí descubrió que la mayoría de comunidades carecía de herramientas basadas en datos para evaluar su nivel de accesibilidad. Decidió cambiar eso lanzando un prototipo en Jersey City, Nueva Jersey: una base de datos centralizada de espacios públicos accesibles.
Lo que empezó como un proyecto local creció rápidamente. Hoy, AccessibilityAtlas conecta a más de 35 jóvenes agentes de cambio en 14 estados, y sus resultados han llegado a plataformas internacionales, incluidas las Naciones Unidas.
Impacto medible
Los resultados de AccessibilityAtlas son tanto tangibles como humanos. Para Dinu, liderar un equipo diverso ha demostrado que el liderazgo juvenil puede impulsar un cambio sistémico. Para las comunidades, el proyecto ha abierto puertas —literal y figuradamente— para que las personas con discapacidad se desplacen con mayor libertad y confianza por sus ciudades.
La organización ha trabajado para hacer más accesibles los centros de votación en Nueva Jersey, ha contribuido a debates políticos en Europa y ha diseñado materiales cívicos que permiten a las personas con discapacidad votar de forma segura y privada. Hasta ahora, sus iniciativas han alcanzado a más de 100,000 personas en todo el mundo, posicionando los derechos de las personas con discapacidad como una prioridad comunitaria compartida.
Un logro histórico
Entre sus mayores hitos, AccessibilityAtlas ha elaborado 12 informes para la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR), analizando cómo las políticas fiscales y económicas afectan a las personas con discapacidad en países tan diversos como Malí, Canadá, los Países Bajos, Rusia y Chile.
Varias de sus recomendaciones han sido oficialmente adoptadas por comités de la ONU y gobiernos nacionales, convirtiéndose en un ejemplo poco común —y extraordinario— de cómo el trabajo liderado por jóvenes puede generar un cambio global real.
Mirando hacia el futuro
Dinu y su equipo siguen ampliando su misión. Sus próximos objetivos incluyen expandir la base de datos de accesibilidad a nuevas regiones, fortalecer alianzas con gobiernos y organizaciones civiles, y abogar por una legislación global más sólida sobre los derechos de las personas con discapacidad.“Nuestra visión es sencilla”, afirma Dinu. “Un mundo donde todos puedan acceder a las mismas oportunidades, sin importar sus capacidades”.
La motivación detrás de la misión
Cuando se le pregunta qué lo impulsa a seguir, Dinu sonríe. “La gente”, responde. “Cada vez que alguien nos dice que por fin puede acceder a un lugar que antes no podía, eso demuestra que la inclusión no es solo una idea: es algo que podemos construir juntos”.
Con su serenidad y determinación, Dinu Antonescu nos recuerda que el liderazgo no se mide por la edad, sino por la empatía, la perseverancia y la visión. Su camino nos invita a mirar el mundo de otra manera, y a hacerlo más abierto, un espacio a la vez.












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